miércoles, 27 de agosto de 2008

Rocas Italianas (Frágola, Madrid)

A los pocos días del excelso "David", estábamos tan saturados que decidimos darnos una cenita ligera en una terraza. A esta cena acudimos el nuevo nivel 3 de Bastión y el inefable.

Nos habíamos propuesto ya desde hacía tiempo acudir al Rte. Frágola, sito en la c/ Corazón de María 57, muy cerquita del Tres Mares. Tienen una terraza de verano bastante molona y en el interior el restaurante es bastante grande, con una barra larga para poder tomarte una cervecita tranquilamente mientras esperas. Es un restaurante italiano más por la carta que por el atrezzo del local y el origen de los camareros. Cosa que no está mal, dado que a veces supone un plus en los precios el hecho de que te digan con buen acento "pennnne alarrrabiata, prego!". Nosotros nos sentamos en la terraza y se estaba francamente, aunque ha bajado desde la última vez que estuve, ahora las sillas cómodas, pero hace cosa de un año tenía unos butacones que eran más para echarse la siesta que para comer... en fin, pasemos al menú.

La carta sin ser muy extensa tiene de todo, y quiero destacar los Risottos. Me tomé uno de Parmesano y Ceps (aka: boletus) que estaba francamente cremoso y sabroso. El arte del Risotto no es fácil y en muchos italianos se suelen reservar de ponerlo, sirviendo únicamente pasta y pizza. Pero en este fue todo un acierto, el resto pidieron pizza y pasta que tenía buena pinta y hubo silencios prolongados mientras comíamos, que siempre es buena señal.

En cuanto a los entrantes, pues eso.... Rocas Italianas, más concretamente Rocas de Parmesano con Pedro Ximénez. Pensaba que serían tacos de parmesano, pero no... eran auténticas ROCAS. Sabrosas como buen parmesano pero o las acompañabas de vino y agua o no pasaban.

En cuanto al postre..... en fin, le recomiendo sinceramente a Bomba Kalórika que se de una vuelta y pida la "Tarta de Queso con Toffe". Para resumirla decir que sacan un pedazo razonable, pero el camarero que tiene usar ambas manos para portearla a la mesa. El sabor es como ella misma dice "tarta de queso con toffe", pero obvia el trivial detalle del pedazo de materia oscura en el centro, de tal manera que al tercer cacho sientes cómo el estómago se hunde en el suelo. Qué barbaridad! En mi ascetismo y frugalidad, dejé un cuarto porque ya no podía más, y el nivel tres dejó al menos la mitad. Acojonante, para manual de cómo poner 2000 Calorías en un cacho de tarta.

Al final el ligero ágape con cervezas, cafés, etc ascendió a 94€. Razonable considerando el menú completo. Así que si tenéis capricho de un risotto no dejéis de acercaros y pediros la bomba de toffe.

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