lunes, 27 de octubre de 2008

Oda a la Croqueta, La parrilla de Juan Adan, Santa Hortensia 62

"!Esto es un tiro?, !Esto es un tiro?!" Gran frase de nuestro querido y venerado Steven Seagal. Lo mismo podréis decir de cualquier ración de croquetas que os pongan una vez paladeéis la CROQUETA de la Parrila de Juan Adán. Suprema, excelsa y particularmente ENORME.

Seamos sinceros, tal vez no sea la más fina, ni la más exquisita, ni la mejor hecha, pero eso sí gorda y grande es. Hay quién dice que no importa y que lo bueno si breve dos veces bueno.... pero eso no esa no es la filosofía, o sí, de estos posts. Os remito a nuestros estatutos con respecto al txuletón. Es posible que un solomillo de vaca de Kobe sea la posha, pero eh!, y un txuletón de 1500, qué?, o acaso no nos vanagloriamos algunos de nosotros de ser tripalaris de 1000 o más? Ea pues, os recomiendo sinceramente catar la croqueta.

Ahora bien, aquí no termina toda la historia que bien podría ser. Este restaurante-bar esta en una plaza bastante tranquila cerca de Torres Blancas, tiene una buena terraza de verano para degustar raciones de chopitos, cazón, etc (cocina tradicional), con buenas cañitas, y balentines y josé bernardos si se tercia, frugales-cola también.

De todas maneras estuve el Domingo pasado y no degusté la croqueta, no porque no fuera menester, sino porque el camarero del restaurante que tienen nos recomendó otros entrantes: pulpo, almejas y una ensalada freskita con un buen rioja, a lo que acompañamos de un Arroz con Bogavante de ole!.

Este arroz nos lo sacó para cuatro y éramos cinco comensales y puedo decir para mi deshonra que no pudo ser, se nos quedó un poco de bicho y arroz al fondo. Estaba francamente y recomendable, la ración salía a 18€ por persona y lo tenían anunciado y bien grande en la puerta. No es un plato que se coma normalmente y suele ser caro, pero la ración era en extremo generosa y acabamos satisfechos.

La dolorosa ascendió a 35€ sin postres.

Lo bueno del sitio es que es frecuentable y no necesariamente para comer especialmente los meses que está la terraza puesta en Madrid, unas cañas unas tapas y una croqueta y uno va más que servido para degustar lo digestivos nocturnos.

jueves, 16 de octubre de 2008

El ascetimso en declive. Beef Place, Arturo Soria.

La crisis, la crisis! Al péo la crisis, el gran problema es la falta de ascetismo y moderación en nuestras vidas. Tol' santo día currando para acabar la jornada con un cacho de chóped y un malacatón frente a la tele.

Esto meses de silencio no se han debido a un desinterés por comentar nuestra frugal vida, sino la total carencia de frugalidad y de input. Pero al menos en las últimas semanas he vuelto al camino recto y he logrado visitar unos pequeños templos. Desconozco si será la crisis, pero veo signos preocupantes y de mediocridad en algunos de ellos.

Un claro ejemplo es el Beef Place de Arturo Soria. Descubrí este sitio con un compañero mientras masticábamos a dos karrillos, yo al menos, unas monstruosas hamburguesas Triple Whoper en el Burger King de la ya citada calle. El tamaño de las hamburguesas era debido a que la Ministra de Sanidad andaba bramando contra las malsanas costumbres de los españoles, que hemos de dejar de beber, fumar, comer hamburguesas, etc... para dedicarnos a ser unos seres esmirriaos, escuchimizados y desaboríos, que no sabemos hacer de tripalaris de vez en cuando, y disfrutar haciéndolo.

Volviendo al tema. Vimos la fachada del restaurante, nos acercamos a ver la carta y a la semana estábamos entrenado en él para darnos un buen homenaje de carne argentina, vino, copitas, etc... magnífico. De esto hará ya tres o cuatro años. Con el devenir del tiempo hemos continuado acudiendo, yo para pedirme un steak tartar o un BigBeef (aka: truño de karne), con amistades, familiares o mujeres (sí, sí hasta mujeres, pero por pura amistad y con la sana intención de comer).

Era un sitio agradable y de buena mesa con un precio en torno a los 30-35€. Variando en función de la cantidad de botellas de vino y digestivos, que podían hacer subir la cuenta notablemente.

Hace dos semanas volví por última vez, espero. Fui con familia y pedí un steak tartar fuerte y unos entrantes. Con un resultado MUY decepcionante. Eso ni era tartar ni era nada, habían cortado el solomillo de mala manera en gruesos pedazos y me lo sirvieron sin aderezar, además de que han reducido el tamaño de platos y ensaladas y la presentación de la carne ha bajado enteros.

Desconozco la razón de esta bajada, pero noté que el maitre que solía atender y otro personal habitual a lo largo de los años ya no estaba, bien puede ser debido a esto o que ha cambiado la política del restaurante y ahora no me parece recomendable ni a la altura para el desembolso que supone.

A su favor está la localización y la terraza de verano que está francamente bien. Es un chalet individual muy agradable para noches calurosas o en primavera. Si bien esto no compensa el bajón que ha sufrido el restaurante.

Por concluir, acabamos pagando 35€ por cabeza sin vino.

En próximas entradas comentaré la marisquería Rianxo y la Parrila de Juan Adán