lunes, 8 de diciembre de 2008

Hay algo más bonito que una retinto te mire a los ojos? MUUUUU

Un restaurante que tiene como principal motivo exterior el perfil de un bovino, y que dentro adorna sus paredes con una gran foto de 12 vacas de Milka mirando al respetable, es cuando menos conmovedor... snifff, me emociono con solo visualizarlo.

Al fin y al cabo, cada vez que pensamos en la transmutación de hierba en txuletón, inconscientemente hemos de reconocerlo como milagro y como obra de un ser superior. Es muy complicado el ateísmo al plantearse uno ese hecho: coges hierba, la ingiere un bovino y al poco tienes un TXULETON de 1 Kilo en tu mesa, maravilooso, MILAGRO!!!! ES A-CO-JO-NANTE.

Supongo que nunca lograrán explicarlo del todo, todos vemos esos reportajes y estudiamos bilogía y txorradas por el estilo, que si las mitocondrias, los leucocitos y adipocitos, pero cuéntame tú de dónde sacas un solomillo de un katxo de arbusto..., milagro y punto.

Bueno retomando el hilo inicial, el Restaurante Muuu, victor andrés belaunde, 8 Madrid.

Tiene a la entrada una barra amplia con las típicas mesas altas y redondas de tapeo, y al fondo el restaurante, bastante grande, y con las ya comentadas fotos de bovinos y terneras. El servicio es fundamentalmente femenino, abundante y atento, en exceso, cabría decir. Cierto es que fuimos un Miércoles y aparte de la mesa habría otro par pero además de no repetir nunca la misma estaban bastante al quite para cambiar el plato, rellenar el agua, etc... Un poco pesado al final.

En cuanto al ágape, bueno y rico. Como llamativo tenían solomillo de ternera de Kobe, 300g, 65€. No lo pedimos y nos decantamos por:

- Pimientos de Guernika
- Ensalada enorme
- 2 Steak tartare (para variar, pero me pierden)
- Tinto Azpilicueta
- Postre: Carpaccio de piña y frutas
- Cafés, etc

Total 55€ por cabeza, razonable para la peazo de cena, dado que podría haber sido una comida sin ningún problema.

Lo más destacable sin lugar a dudas el tartare, mejorando a la Recoleta ampliamente. Este estaba el solomillo picado en su punto, rojo, muy rojo y jugoso. Ningún cacho muy grande además de tierno, una delicia sinceramente. Me quedé más que impresionado por la calidad del tartare, dado que a veces te ponen la carne casi echada a perder, en fin un éxito. Por curioso me resultó el carpaccio de frutas, que no tiene nada, la piña y el mango laminado con fresas y tal, pero una presentación distinta.

Para una buena comida o cena recomendable, habrá que ver qué tal aguanta el servicio y la calidad, que como veremos en la próxima entrega, hasta los mejores tienen malos días.

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